Liderazgo 2021
Por Valeria Parreño
Sin duda el año 2020 dentro de los aprendizajes que nos ha dejado, nos ha orientado a preguntarnos cuales son aquellas competencias de liderazgo que debemos desarrollar para enfrentarnos a este nuevo entorno que nos acompañará unos años más.
Este nuevo entorno si bien nos invita a continuar fortaleciendo las habilidades más tradicionales de liderazgo como orientación a resultados de acuerdo a metas específicas, construcción de relaciones o visión estratégica para comprender las nuevas tendencias de los negocios; ha abierto la puerta a explorar nuevas competencias que tienen que ver con la comprensión del ser humano como un ser integral ampliando nuestra perspectiva hacia el mundo emocional, entonces en este contexto según la revista Forbes y la visión de algunas empresas nacionales y multinacionales hemos encontrado tres habilidades fundamentales:
De la comunicación a la comprensión empática: La comprensión empática entendida como la sensible capacidad de ver a nuestros colaboradores, pares y líderes y su mundo tal como ellos lo ven, entender plenamente el mundo de sus sentimientos y significados personales y observarlos tal como el los siente. Esta habilidad se vuelve fundamental ya que el 2020 nos ha mostrado que los líderes no solo necesitan comunicar pendientes o proyectos, hacer preguntas o escuchar activamente, sino que se han visto en la necesidad de ir más profundo esto implica sentir junto a su equipo y conectarse genuinamente con ellos. Es mostrar que la persona nos importa no solo como colaborador sino como ser humano, de aquí la importancia de buscar el espacio con nuestros colaboradores en el uno a uno para que puedan compartir lo que les sucede a nivel personal.
De la inteligencia emocional a la agilidad emocional: ¿Qué es lo más retador que hemos enfrentado este año? Para muchos de nosotros ha sido la capacidad de auto-regularnos emocionalmente, esto tiempos nos han llevado no solo a tener que comprender nuestras emociones sino a ser capaces de navegar con ellas, y como líderes nos volvemos más agiles cuando entendemos rápidamente no solo la intención de nuestras acciones sino el impacto que ellas tienen en nuestro equipo.
Por esto se vuelve fundamental el trabajo personal en nuestra gestión emocional, ya que es uno de los recursos más útiles que tenemos para poder liderar a otros, en la medida que yo logré conocer, entender y regular mis emociones podré tomar decisiones y resolver problemas con mayor objetividad y agilidad, reconociendo el impacto de mis acciones en la organización y mi equipo.
De la administración del tiempo a la administración del contexto: Como ya hemos observado el trabajo virtual ha llegado para quedarse, en una encuesta realizada por the World Economic Forum se encontró que El 44% de las empresas planean dejar el trabajo remoto hacia el futuro, antes del COVID solo el 15% de los colaboradores trabajaban un día a la semana desde su casa y únicamente el 2% lo hacían a tiempo completo.
En este contexto encontramos que no es cuestión de trasladar el trabajo de oficina hacia la casa, las reuniones virtuales parecen no ser suficientemente efectivas, es por ello que tenemos que cambiar nuestro mindset tomando en consideración que tipo de trabajo necesita ser hecho sincrónicamente y cual puede ser ejecutado asincrónicamente, esto implica poner en práctica ciertas consideraciones que antes no las teníamos presentes como son:
- ¿Quién realmente necesita estar en la reunión?
- Planificar detalladamente la agenda
- Prever que decisiones serán tomadas
Esto implica que es importante que tomemos conciencia de la importancia de planificar de manera mucho más meticulosa nuestro contexto y tiempo de trabajo.
En resumen, cómo diseñar nuestros días y nuestra cultura así como encontrarnos preparados emocionalmente para esta nueva realidad definitivamente son habilidades que debemos seguir cultivando para conseguir nuestros objetivos y los de nuestro equipo en el 2021.